Bernardo Redín, 2 goles en Italia 90: uno a Emiratos Árabes y otro a Camerún. Adolfo "Tren" Valencia, 2 goles en USA 94: uno a Rumania y otro a Estados Unidos.
gracias diego! parece que rumania nos debe 2 eliminaciones, ojala los nuevos jugadores se acuerden y juegen como si no hay mañana.
Gol olímpico. Fue el primero de Colombia frente a la Unión Soviética en el Mundial de Chile 1962. El arquero Lev Yashine reclama. El marcador final fue 4-4.
Selección Colombia que disputó el Mundial de Italia 90. Arriba: Rincón, Perea, Escobar, Gildardo Gómez, Gabriel J. Gómez, Higuita. Abajo: Valderrama, Estrada, Herrera, Álvarez y Fajardo. Freddy Rincón celebra el histórico gol del empate 1-1 frente a Alemania durante el Mundial de Italia de 1990.
Si... que selecciones... Yo creia que el goleador era Redin!!!! 1 a cameroon (pase del pibe) y 1 a emiratos arabes (pase de leonel). Estan empatados entonces... www.nuetrofutbol.tv
Uno que también se empina, muy conchudo por cierto, es Miguel Calero. Con un 1.89 de estatura y suele quedar de 2.00 en las fotos.
Italia 90 Cuando sí íbamos a los mundiales... * Italia 90 fue la segunda presentación colombiana en una Copa del Mundo y la primera desde Chile 62. Fue nuestro mejor mundial, el que nos puso en el mapa del fútbol gracias a un mítico empate con Alemania y a que un equipo de melenudos guerreros demostró que Colombia no era sólo Pablo Escobar y sus carros bomba * Al otro día la gente comentó que el himno que habían tocado antes del partido parecía todo menos el ¡Oh gloria inmarcesible!, pero casi nadie reparó en los 20 muertos en Medellín de la noche anterior. A fin de cuentas, la selección ganaba su primer partido y sus posibilidades de meterse entre los 16 mejores del mundo subían como la espuma de la cerveza que corría con caudal de río por todo el país * Faltaban dos minutos, ya no había uñas que comerse pero de pronto Littbarski se fue solo por la izquierda y, ante la incredulidad de todo un país, anotó un gol para Alemania en el minuto 44 del segundo tiempo. Las caras de los jugadores colombianos se confundieron con las de los televidentes en un mar de tristeza: no era justo Alejandro Pino Calad Redacción D.D. alejopino@diariodeportivo.com En 1990 el país estaba paralizado por dos factores fundamentales: El narcoterrorismo de la guerra que el Cartel de Medellín le había declarado al estado desde años atrás, y el bienquerido fútbol. La gente tenía miedo, las malas noticias abundaban y el gobierno parecía no tener idea de qué hacer, pero lo cierto es que en ese momento tuvimos muy buen fútbol y eso relajaba al país. Primero, en mayo del 89 Atlético Nacional había conseguido el título de la Copa Libertadores de América con el estilo de juego y la base de la Selección Colombia. Por primera vez un equipo colombiano obtenía el máximo título de clubes del continente y lo había logrado de una forma impecable. Después, se sacó por primera vez de Bogotá al combinado nacional que enfrentaría una eliminatoria mundialista, y en un acto de descentralización se determinó que en Barranquilla se enfrentaría a Ecuador y Paraguay y luego, si se dejaba a estos duros escollos atrás, al vencedor de Oceanía. Era un camino corto pero difícil para llegar a Italia 90 y volver a un mundial tras 28 años. El 20 de agosto, con goles de Iguarán, Colombia venció en Barranquilla a Ecuador y una semana más tarde, el 27, debía enfrentar en Asunción a Paraguay. Ese día fue horrible, no sólo por lo que significaba en ese entonces jugar en defensores del Chaco, sino porque el árbitro era el chileno Hernán Silva. En un duelo con expulsión de Leonel, penal inventado en el minuto 50 del segundo tiempo y permisividad arbitral a todo lo que los paraguayos pudieran hacer, perdimos 2-1 y quedamos dependiendo de que los ecuatorianos vencieran a los guaraníes para enfrentar a Israel y volver a una Copa del Mundo. Todo se nos dio, incluyendo la victoria sobre los hebreos, y así llegamos a Italia 90 en donde nos las veríamos nada más y nada menos que con Alemania, subcampeón mundial, los temibles yugoslavos que nos habían goleado en el 62, y Emiratos Arabes. Eran días en los que sí clasificábamos a los mundiales... Finalmente, el 9 de junio de 1990 todo empezó. Era un sábado y a las 10 a.m. todas las calles del país estaban vacías pues los colombianos estábamos pegados desde hacía un rato al televisor escuchando a William Vinasco Che, "que está narrando con caché", y a su "compañero-compañero" Adolfo Pérez, los dos locutores de moda desde 1989, para presenciar, muchos por primera vez, a su Selección en una Copa Mundo, esta vez frente a Emiratos Arabes. En un primer tiempo de angustia, porque no pasaba nada, la gente no reconocía a su equipo que parecía tener miedo escénico. En el segundo las cosas cambiaron y con goles de Redín y Valderrama se consiguió el primer triunfo de la historia en un mundial y, ante lo malo que había sido el partido, esto fue lo que tituló la prensa al otro día. Al otro día la gente comentó que el himno que habían tocado antes del partido parecía todo menos el ¡Oh gloria inmarcesible! del segundo mejor himno nacional del mundo, pero casi nadie reparó en los 20 muertos en Medellín de la noche anterior. A fin de cuentas, la selección ganaba su primer partido y sus posibilidades de meterse entre los 16 mejores del mundo subían como la espuma de la cerveza que corría con caudal de río por todo el país haciendo olvidar las penas. En el segundo partido se cumplió la regla de oro del fútbol colombiano: Jugamos como nunca y perdimos como siempre. En un partido en que la Selección asombró a toda la prensa internacional, un remate de Jozic le dio a Yugoslavia el triunfo por 1-0. Los noticieros de esa noche recordaron el 5-0 de 1962 y consideraron injusto el resultado de ese día, a la vez que recordaron que la clasificación seguía cerca. Claro que faltaba lo más difícil si se quería seguir a segunda ronda, empatar o ganarle a Alemania, bicampeón mundial, y el equipo que más finales de Copa Mundo había jugado en la historia. Para reforzar el espíritu de tragedia que traía la derrota ante los balcánicos, porque obligaba a un buen resultado con Alemania, esta vez los periódicos sí tuvieron espacio en primera página para el carro bomba de El Poblado en Medellín que había dejado 4 muertos y 97 heridos pero, eso sí, debajo de la noticia del día: La derrota de Colombia. Cuando jugamos a ser potencia El 19 de junio de 1990, con la clasificación muy enredada, salieron a la cancha del estadio de Milán once melenudos jóvenes vestidos de rojo, azul y amarillo a enfrentarse contra los once caballeros teutónicos que venían de una cruzada de 5-1 sobre los Emiratos Arabes. Había miedo en el país, incertidumbre, se recordaba con esperanza el glorioso empate con Inglaterra en Wembley, y las uñas se acababan pues todos sabían que de ese partido dependía todo. Era la prueba definitiva para la Selección y para Colombia. El primer tiempo fue cerrado, angustioso. La pierna fuerte alemana era contestada por Leonel que no se intimidó ante nada. Colombia le había quitado el balón al favorito que parecía impotente. Franz Beckenbauer, técnico y leyenda del fútbol alemán, se veía desesperado y para el segundo tiempo dio la orden de ganar a toda costa por lo que sus tanques salieron a aplastar a esos mechudos desconocidos que venían del país del diablo. El nudo en el pecho de los televidentes y radioescuchas colombianos tenía al país sumido en un silencio sepulcral. De pronto Higuita salió de su arco y le hizo un sombreo a Voeller. El alemán no resistió la humillación y agredió al colombiano. Leonel llegó a defender a su compañero y los insultos pulularon en boca de todos los colombiano que, a través de sus pantallas trataban de agredir al alemán. Colombia se mantuvo ante el ataque de su rival, el empate era el resultado más justo y la Selección era digna de aplauso por su juego y valentía. Además, el empate nos clasificaba a octavos de final. Faltaban dos minutos, ya no había uñas que comerse pero de pronto Littbarski se fue solo por la izquierda y, ante la incredulidad de todo un país, anotó un gol para Alemania en el minuto 44 del segundo tiempo. Las caras de los jugadores colombianos se confundieron con las de los televidentes en un mar de tristeza: No era justo. Pero aún quedaba tiempo y William Vinasco dijo para todo el país una de sus frases de filósofo de bolsillo que lo han hecho famoso: "El que pierde un capital pierde mucho, el que pierde un amigo pierde aún más, pero el que pierde la fe y la esperanza lo ha perdido todo". Todos los colombianos tenemos la imagen televisiva de lo que siguió: Minuto 47. Leonel la quita y se la pasa a Valderrama; éste, que está marcado por tres alemanes, la pasa a Freddy Rincón que está a la derecha, Rincón la devuelve al 'Bendito' Fajardo pero la recibe el 'Pibe que hace un pase de profundidad y pone a correr nuevamente a Rincón. El enorme negro corrió de frente hacia la portería alemana. El arquero Illgner salió y le cerró perfectamente el ángulo y fue ahí cuando Rincón pateó el balón que pasó entre las piernas del alemán: GOL. Qué digo, ¡GOLAZO! Vinasco se quedó sin voz de cantarlo y el narrador Edgar Perea no paraba de gritar ¡Colombia, Colombia! El país veía como todo su equipo se abrazaba, y los colombianos en su casa hacían lo mismo. El patriotismo salió de las pantallas de televisión y los radios a las casas, y de éstas se desbordó por las calles generando una fiesta nacionalista que no se vivía desde las celebraciones por el centenario de la independencia a comienzos de siglo. Esa noche toda Colombia fue una fiesta. Se le había empatado al mejor equipo del mundo y el país había dejado de ser Pablo Escobar y el Cartel de Cali para volverse Carlos Valderrama y la Selección. Un pueblo que llevaba dos años hastiado con las bombas del narcoterrorismo festejó con ese empate como no lo hacía desde hace tiempo. Al final nos eliminó Camerún en octavos en otro partido memorable, pero por el error de René Higuita, y nos despedimos de Italia 90 con la que ha sido, hasta la fecha nuestra mejor participación en una Copa del Mundo. Sin embargo, y eso fue lo más importante, en ese mundial Colombia dejó atrás su estigma de violencia y el país se unió en torno a su selección generando, para siempre, la identidad de una nación con ese uniforme amarillo, azul y rojo. Por eso es que duele tanto que ya no vayamos a los mundiales...
[FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Nuestros últimos mundiales[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] * Con Alemania 2006 caliente y emocionante, hoy recordaremos las últimas presentaciones de Colombia en Copas del Mundo. Al repasar lo que pasó con la selección en Estados Unidos 94 y Francia 98 es comprensible que no hayamos vuelto a un Mundial[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]* El sentimiento de culpa colectiva que se sintió entre todos los colombianos por la muerte de Escobar fue una nueva forma de reconocernos en la Selección Colombia pues, hasta el momento, el proceso sólo había tenido éxitos y esa eliminación del mundial, con el mejor equipo que ha tenido Colombia en toda la historia, fue el peor castigo para la soberbia[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] * El discurso del triunfalismo era inevitable pues sobre él se había forjado la identidad con la Selección Colombia, y se volvió común que en las victorias el equipo fuera un 'nosotros' ("le ganamos a Ecuador") y en la derrota el equipo se convirtiera en un 'ellos' ("esos pendejos perdieron con Chile")[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif]Alejandro Pino Calad Redacción D.D.[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] El 5-0 sobre Argentina en 1993 fue lo mejor que le pudo pasar a la afirmación de una identidad nacional en relación directa al fútbol, pero fue lo peor que le pasó al discurso que sobre el fútbol colombiano se tenía hasta el momento. Los medios y todos los colombianos empezamos a creer que Colombia sería seguramente finalista del mundial de 1994. Y cómo no lo iba a creer todo el mundo si hasta Pelé, ¡el rey Pelé!, el mejor de todos los tiempos, daba como favorita a la Selección. Además, el grupo era muy fácil a simple vista con EE.UU., Rumania y Suiza como rivales. Incluso uno de los periodistas considerados más serios y respetables, Hernán Peláez, publicó un libro ('El milagro del fútbol colombiano') en el que concluía que a Colombia "competir por competir tal vez valió en Italia 90, y en esta ocasión es necesario salir a ganar". Este triunfalismo, proféticamente anticipado por Hernán Darío Gómez cuando al terminar el partido del 5-0 miró a Maturana y le dijo "Pacho nos jodimos, ahora nos toca ser campeones del mundo", tuvo su castigo en el hecho de ser el primer equipo eliminado del mundial y en la trágica muerte de Andrés Escobar. Este buen defensa, que había hecho un autogol en el partido contra EE.UU., fue asesinado el 2 de julio de 1994 en Medellín en extraños incidentes que aún se discuten. Que fue por apuestas que tenían los narcotraficantes a favor de la Selección en el mundial, que fue por un lío de faldas o que fue sólo por su error en el partido contra EE.UU... Lo único cierto es que antes de ser baleado había sido insultado y recriminado por la eliminación de Colombia. El sentimiento de culpa colectiva que se sintió entre todos los colombianos por la muerte de Escobar fue una nueva forma de reconocernos en la Selección Colombia pues, hasta el momento, el proceso sólo había tenido éxitos y esa eliminación del mundial, con el mejor equipo que ha tenido Colombia en toda la historia, fue el peor castigo para la soberbia. Sin embargo la institucionalidad de la Selección era total, así como su iconografía, y Carlos 'el Pibe' Valderrama lo resumió en una frase: "Yo era ídolo antes de este mundial y seguiré siéndolo después, soy ídolo por encima de lo que pase". Los jugadores eran la Selección, y la Selección ya era Colombia.[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] *** Y Colombia se dividió ***[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] Maturana renunció en medio de las críticas y el país exigió una renovación en los jugadores, algo que no era fácil pues la generación del Pibe era excelente, y el cargo de director técnico de la Selección Colombia le fue entregado a Hernán Darío Gómez. 'Bolillo' hizo unas buenas campañas en las Copas América de 1995 y 1997 pero la frustración de haber podido ser los mejores, de ser una potencia y no lograrlo, tenía polarizado al pueblo colombiano en cuanto a su opinión de Gómez. En estas circunstancias, la Selección empezó las eliminatorias para Francia 98 que serían diferentes a todas las que antes se habían jugado pues se enfrentarían todos los equipos de Suramérica en un solo grupo. Era la oportunidad de demostrar quién era quién en la geopolítica del fútbol suramericano. Después de un primera vuelta en la que la Selección volvió a ser el orgullo de un país que veía como su imagen internacional se iba al piso por el escándalo presidencial y la crisis política del proceso 8.000, pues terminó invicta y líder absoluta del continente, las críticas sobre Gómez volvieron a arreciar cuando perdió en Barranquilla con Argentina por 1-0, luego con Perú por el mismo marcador, y fue goleado por Chile en Santiago por 4-1. El discurso del triunfalismo era inevitable pues sobre él se había forjado la identidad con la Selección Colombia, y se volvió común que en las victorias el equipo fuera un 'nosotros' ("le ganamos a Ecuador") y en la derrota el equipo se convirtiera en un 'ellos' ("esos pendejos perdieron con Chile"). Esta exigencia hizo algo lógico que Colombia estuviera en el mundial y nadie celebró cuando se consiguió la clasificación con una fecha de anticipación. Eso no tenía ningún mérito y, además, no se le había ganado a Argentina y un empate en Buenos Aires 1-1 no era suficiente.[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] **** El camino doloroso ****[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] La presentación de Colombia en el Mundial de 1998 fue considerada por los colombianos como un fracaso del país ante el mundo. Si bien no implicó una tragedia y una desmoralización total como lo fue la eliminación de 1994, el pueblo le exigió más a sus jugadores. Faustino Asprilla para muchos fue una vergüenza nacional con su actitud de indisciplina que lo llevó a ser expulsado de la Selección, y en un joven que hasta ahora jugaba sus primeros partidos con el equipo, Léider Preciado, el país puso el peso de ser el goleador de Colombia. Para el imaginario colectivo sólo se salvó el arquero Farid Mondragón que, tapando con un gran nivel, lloró amargamente la eliminación del país después de perder 2-0 con Inglaterra. Mondragón no era un héroe, pero era un patriota. Esta eliminación supuso el fin de una época en el fútbol nacional, pero el discurso triunfalista no lloró la despedida de Maturana y Gómez sino que, por el contrario, se alegró de su partida y buscó quién dirigiera a Colombia a nuevos éxitos internacionales que le dieran buen nombre al país. Javier Alvarez fue nombrado y dirigió a la Selección en la Copa América de 1999. El país volvió a celebrar como en el pasado con un extraño 3-0 sobre Argentina, en un partido en el que la estrella de ese equipo, Martín Palermo, erró tres penaltis. Se creó un nuevo discurso triunfalista que planteaba una vez más que Colombia era un país grande porque su Selección, como lo decía Alvarez, iba a golear a todo el que se le pasara en frente y se descuidara. Pero las palabras se volvieron en contra del director técnico y en el preolímpico de ese año Brasil le ganó por 9-0 a Colombia.[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] Nadie lo podía creer, ni los medios, ni los mismos futbolistas que salieron a pedirle disculpas al país, ni mucho menos el colombiano común y corriente que se sentía avergonzado. Era como treinta años atrás cuando las potencias goleaban a la débil Colombia sin misericordia, y surgieron las preguntas: ¿No estábamos ya al nivel de las potencias suramericanas?, ¿y el 5-0?, ¿y el reciente 3-0?, ¿qué había pasado con el 4-4 frente a la URSS y el 1-1 con Alemania? Ese día 'ellos', los integrantes de ese equipo, perdieron; pero Colombia también perdió pues a partir de ese momento la fe ganada en 15 años de trabajo se fue al piso y todo cambiaría para las dos eliminatoria siguientes que, por supuesto, no nos llevaron a sus respectivos mundiales.[/FONT] [FONT=Verdana, Arial, Helvetica, sans-serif] [/FONT]
A fantastic summary of a story that we've all lived, but barely come to grips with. The great insight of this article is that it captures how cynicism has come to dominate the way Colombians view their national side - when did "we" become "then" exactly? Maybe it was the 9-0, but I always think that the FA's response to the 9-0 was far worse than the 9-0 itself. When our U23 team lost 9-0, Alvarez was crucified for his overconfidence but when they fired him we lost that confidence and have never gained it back. Under Alvarez we played beautiful football and the Copa America he directed was some of the most refreshing stuff I remember seeing from Colombia: We had a 15 year old scoring a screamer against Argentina from 40 meters out, and a guy headed to Real Madrid scoring a backheel against them to boot! Alvarez was playing balanced offensive football, but also used a more pragmatic approach using width to make up for the absence of a true playmaking midfielder. What followed after Alvarez's demise was for me a series of knee jerk reactions that hurt the squad further. We qualified comfortably to WCs 94 and 98, yet struggled on both occassions against more dynamic counterattacking European sides. We also lost Valderrama and the hole he left behind would come to haunt all of us. But why? Shouldn't we just have grown up as a team and evolved? Alvarez's successor, Luis Garcia tried to do just that. He recognized that Colombia had developed much more defensive talent than offensive talent when he took control of the side and decided to adopt a more 'Italian' approach focusing on results over aesthetics. Under Garcia, we were on pace to qualify for the WC, but the press lashed out at our relatively unattractive style of play and rightly criticized Garcia for his nepotism in selecting his son to play on the side. Ironically, Garcia was fired from his role as coach after his side had staged a heroic two goal come back to tie Venezuela in Maracaibo. He played ugly they said, and anyway a tie against Venezuela wasn't good enough. Instead of evolving then, the Colombian FA tried to turn the clock back to "return to its football identity." Pacho Maturana was rehired to try to play Colombia 90-94 ball with a new set of players - he failed. The record shows that Maturana has tried to play Colombia 90-94 ball with several different teams (both club and national sides) and failed miserably in each endeavor leaving only one logical conclusion: only Colombia 90-94 w/Valderamma could make the system work. We didn't have the players for it and the stubborn pursuit of this flawed vision led to our shocking fall out of qualification for WC2002 and our catastrophic start to qualifying for WC2006. I credit Rueda for bringing some dignity back to our national side and for adopting a more pragmatic approach to his design of our schemes. He has been willing to make adjustments but fundamentally, I think it took him too long to trust that Colombia could play with two strikers and that had he shifted to 4-4-2 a few games earlier we would be cheering our boys in Germany right now. Its a testament to the power of cynicism that people question whether Colombia could even play a WC now. Ecuador, which possesses dramatically less talent and is coached by a Colombian, is on the verge of moving to the second round if they can defeat a lesser Costa Rican side tomorrow. If Colombia were there, I think we'd do just fine and we are certainly better than many teams present at the tournament. The question now is whether Colombia will develop a system to match its strengths going forward or continue to pursue its past. It seems now that we have abundant talent in defense and a remarkable generation of strikers coming through, but are lacking in midfield. If we are to succeed going forward we'll have to balance these elements and find a squad that the Colombian people can a) identify with and b) support. I hope we do.
ah ya entiendo, uno sin saber nada de una liga que no sigue semana a semana es muy dificil opinar, gracias por la respuesta. Y no tenes preferido en la liga colombiana?
Soy fielmente de la Mecha toda mi vida. Mi tio era socio del club y creci pasando mis veranos en el Pascual Guerrero todos los miercoles y domingos.
ES INTERESANTISIMO ver el balance de los temas creados este topico en particular con 15 opiniones IS ON THE LIST OF THE TOP 10 'most viewed threads in our forum' with over 25thousand looks....ppl eager to know history of colombian footy