EDGAR, De verde, Zapata cumple un sueño familiar (R)

El primer uniforme que le dieron a Édgar Zapata, cuando era un niño, fue el rayado, blanco y verde, ese con el que Nacional ganó la Copa Libertadores en 1989. "De ahí viene todo".

No es el verso típico del nuevo jugador, que dice que desde chico fue hincha del club al que llega. Este defensa pone en medio a lo más preciado para cualquiera: su madre.

María del Carmen trajo al mundo a Édgar Alonso Zapata Pérez el 1 de septiembre de 1979. Ella lo hizo hincha de ese conjunto que tenía a René Higuita, Andrés Escobar y Alexis García, entre otros. Con esas imágenes en la cabeza, Zapata Pérez le fue tomando amor al fútbol a tal punto de volverse profesional, pero siempre lejos de su tierra natal.

"Ella ya me dijo que me quiere acompañar, hasta este mismo fin de semana. Yo le dije que no, que naaaaa ... Pero seguro, a ella me va a tocar traerla al estadio. Está feliz con que esté en Nacional", dice el nuevo zaguero central de Atlético Nacional.

En la casa Zapata Pérez esperaba la llamada que lo confirmara todo. "Mi mamá era la que estaba pendiente, ella es hincha y la más feliz de que esté en Nacional", dice Édgar, uno de los nuevos verdolagas que cumple uno de los sueños familiares.

Y es que Zapata nació en Medellín pero tiene ese acentico medio costeño, como con sabor al final de las palabras. "Yo nací acá en Medellín, pero mi papá trabajaba con Ecopetrol y allá viví toda la infancia, desde los dos años. Allá, en ese calor, me hice futbolista", sostiene Édgar, quien debutó con Alianza Petrolera, antes de ir a Junior, pasar por dos clubes de México (Necaxa y Veracruz), y de llegar al Cali, club previo a Nacional.

"La experiencia fue muy buena. Se aprende de todo, allá se abrieron puertas que luego ocuparon otros muchachos. Yo fui joven, pero logré muchos conocimientos. Es un fútbol más rápido, con menos orden, pero muy exigente", afirma Édgar, quien fue a Necaxa en 2006 y un año después estuvo con los tiburones rojos de Veracruz, equipo que hoy está en la segunda división.

Un reto grande
Zapata llega a una zona que parece un agujero negro, la zaga central. Una decena de futbolistas estuvieron en este puesto en 2010, y ninguno pudo consolidarse. Por eso, el trabajo es doble.

"Vengo a poner mi trabajo en beneficio del club, de mis compañeros, a sacar adelante a Nacional. Todos tenemos que aportar", anota el central, quien en el papel, sería titular para el arranque junto al panameño Román Torres, aunque acepta que "para ser titular hay que correr y sudar mucho".

La principal duda al momento de su llegada fue el estado de la rodilla, casi reconstruida tras una operación de ligamento cruzado anterior, esas que ponen a temblar en cualquier revisión médica. Pero Zapata está tranquilo con su juego y sus ligamentos enfermos.

"La rodilla está bien, estamos para jugar con ella. Lo bueno es que el profe Santiago Escobar sabe cómo se debe trabajar en Nacional, las responsabilidades grandes. En el fútbol día a día hay que ganarse las cosas", anota el defensor antioqueño, que ya no tiene que recordar el uniforme que le regalaron cuando chico. Ya usa el profesional y defiende los colores que le enseñó a querer su madre María del Carmen.


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