Por: La Voz del Aficionado Por: Juan Carlos Rodríguez Nuestro fútbol, a través de su historia, se ha caracterizado por estar muy lejos de la precocidad. Mientras que en otras latitudes chicos de entre 18 y 20 años, ya disputan Copas Europeas, Libertadores, e incluso Campeonatos Mundiales al tope de exigencia, nuestros entrenadores alinean a los jóvenes con cierto temor, cuando ya no tienen otra alternativa, y al final, cuando el objetivo no se logró, sirven perfectamente para justificar sus derrotas. Muy diferente se ve esto en países de primer mundo futbolístico. Samuel Kouffour, soberbio defensa central del Bayern de Münich (famoso por haber anotado el gol que le quitó el bicampeonato intercontinental a Boca Juniors), es un chico que fue comprado a los 13 años por el club alemán, y lo ha llevado hasta ahora a su consagración. Julio Álvarez es un chico venezolano de 14 años que compró el Real Madrid y hoy, a los 21años, es titular indiscutible en Rayo Vallecano, una escuadra que circula en el máximo circuito, en donde lo tienen a prueba. Muy seguramente estará ahí, si Raúl (otro niño genio) se descuida. River Plate tiene que salvaguardar su “manto sagrado”, prestigiosa camiseta de uno de los clubes más grandes del mundo, en los pies de jugadores menores de 23 años como Andrés D’Alessandro, y Alejandro Cavenaghi, entre otros. La Asociación Atlética Argentinos Juniors es especialista en esto. Con menos de 15 años ha vendido jugadores como Diego Armando Maradona, Fernando Redondo, Claudio Borghi, Sergio Batista, Pedro Pablo Pasculli, Juan Pablo Sorin, Diego Cagna, Leonel Gancedo, Fernando Cáceres, Diego Placente, Juan Román Riquelme, Esteban Cambiaos, Julio Arca, Fabricio Coloccini... sin, obviamente, haberlos debutado. La ciudad de Rosario es la cantera de las memorias argentinas de los últimos tiempos: Jorge Valdano, Daniel Omar Batistuta, Hernán Crespo, Juan Antonio Pizzi, Rafael Maceratesi, Roberto Oscar “Tito” Bonano... Está llena de “potreros”, tanto de jugadores como de observadores en donde las fintas, los túneles y las chilenitas ya tienen un alto valor. Y a todos estos chicos la fanaticada ya los presiente. En la cancha de Boca Juniors todos los partidos piden que se pare en el centro de la cancha un chico de 14 años para que domine la pelota, se llama Christopher Daniele, y mientras la domina todo mundo hace un canto a su “Dios Diego”, porque los xeneizes ven en él un nuevo Maradona. En la planeación de objetivos debemos compararnos obligatoriamente: En Argentina, River Plate y Argentinos Juniors, se siguen disputando la propiedad de un talentosísimo niño de tan solo 9 años, cuyo padre lo cedió a los millonarios por 35 mil dólares, dinero que arreglaría la vida de todo humilde obrero. En Estados Unidos ya se ha planteado el proyecto 2010, en donde se proyectan como los campeones del mundo en ese año. Para esto tienen un centro de capacitación para jóvenes en Florida, en donde se están preparando, en todos aspectos (tanto físico, cultural, como futbolísticamente), todas las diferentes etapas de seleccionados nacionales. El nuevo fenómeno del fútbol mundial está ahí: Se llama Freddy Adú, un niño que fue descubierto en Ghana y lo hicieron seleccionado nacional norteamericano hace dos meses. Adú debutó con el seleccionado estadounidense en Guatemala para la eliminatoria del mundial sub-17 en Marzo pasado, quien cuenta tan solo con 13 años y anotó dos goles (uno driblándose a todo el cuadro rival y otro de chilena). Con este chico, Estados Unidos pasó directo al mundial de la categoría que se efectuará en Finlandia, dejándole a México solo la opción del repechaje. Y mientras los demás planean su trabajo, nosotros nos esperaremos a que falten unos cuántos días para el mundial 2010. Concentraremos a regañadientes a nuestros jugadores (obvio, sin negociar las primas), y después, cuando nos eliminen (seguramente en octavos), seguiremos autoengañándonos culpando al árbitro, o al entrenador en turno que exageró en hacer o no hacer cambios, o a que fue por penales . Está claro que tanto en política como en fútbol, tenemos lo que merecemos. ---- http://www.mediotiempo.com/editorial/editorial.php?id_columna=1583 ---- Sad but true.